¿CONSPIRANOICOS?
Cuando uno decide escribir un artículo, una nota, o lo que sea que éste cronista vaya a escribir sobre un tema tan delicado y del que se ha visto, escuchado y opinado hasta el cansancio, sabe que de una u otra manera se está metiendo en camisa de once varas y que será severamente juzgado de acuerdo a si su opinión se ajusta o no al "sentido común" o a lo que la mayoría de las personas intuye como sentido común, que no es otra cosa que una visión de la realidad muchas veces forzada por la manera en que la gente consume las noticias y de dónde las consume.
Lo mas increíble es que lo que me lleva a escribir esto es un desacuerdo con dichos y notas de periodistas que respeto y admiro mucho, como Santiago O' Donell, que escribió el que para mí es un desafortunado y desinformado artículo en Página/12 llamado "Conspiraciones" (http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-176525-2011-09-11.html), donde desacredita toda teoría sobre los atentados del 11/9 que no coincidan con la versión oficial incluida en el informe de la Comisión Nacional Sobre Ataques Terroristas (http://www.9-11commission.gov/), etiquetando a todos como "teorías conspirativas" (y utilizando despectivamente el término) y metiéndolos en la misma bolsa, como si todas esas "teorías" vinieran del mismo lugar y sostuvieran las mismas hipótesis. Como mínimo, indica un nivel de desinformación importante. No se puede decir que uno no cree en "teorías conspirativas" porque "no quiere creer", cuando, de hecho, está adhiriendo a una. La historia oficial sobre los atentados del 11/9 no es otra cosa que una absurda teoría conspirativa, sin apoyo científico real que la soporte.
Veamos, entonces, qué es lo que descalifica este excelente periodistas dicho esto sin el mas mínimo tono de ironía.
Antes de empezar, quisiera recordar otro 11 de setiembre, el de 1973 en Chile, que también tuvo como responsables, directos o indirectos al gobierno y los servicios de inteligencia norteamericanos. Eso era lo que hacían durante la Guerra Fría: esponsorear, financiar, armar y mantener sangrientas dictaduras genocidas que siempre contaron con su aval y apoyo político. Es curioso como "dictador" es un término muy caprichoso para EE.UU. y sus aliados y defensores (generalmente los que apoyan y defienden el neo liberalismo del capitalismo en el mundo mientras repiten todo lo que la prensa "seria" e "independiente", cuyos dueños están siempre conectados con el poder económico mundial, escribe o dice en sus señales de televisión y radio). Los dictadores son sólo sus enemigos. Mubarak o Pinochet no entraban en esa categoría, si Khadaffi, Saddam Hussain o Fidel Castro. O peor: Morales, Correa o Chávez, elegidos por la gran mayoría de sus pueblos, son dictadores para ellos y sus adláteres. Lindo concepto de la democracia tienen.
Retomando, las "teorías conspirativas" del 11/9 son variadas (según la BBC mas de 50) y van desde decir que el Gobierno planificó y llevó adelante los atentados en una especie de "Manhattan Project", o que fue el Mossad, o que fue la CIA, o que se usó tecnología como D.E.W.(Direct-Energy Weapons o Armas de Energía Directa, desarrolladas por el programa Star Wars de Reagan y basadas en el efecto Hutchison-Tesla) hasta la ofical publicada en el libro de la Comisión (presidida por Philip Zelikow, un hombre de Bush y socio de Condoleeza Rice), la mas risible y absurda de todas que asegura que Osama Bin Laden (a quien el F.B.I. jamás buscó por el 11/9 ya que nunca tuvo "pruebas" para imputarle el atentado y que, además, jamás se atribuyó a si mismo, sin contar que fue entrenado y financiado por los propios EE. UU. durante la invasión soviética a Afghanistan), por medio de 19 monos con navaja secuestraron y estrellaron, sin resistencia alguna, cuatro aviones: dos de ellos en las torres gemelas del World Trade Center, que colapsaron (explotaron, en realidad, quedando reducidas a polvo) prácticamente en caída libre y contra toda ley física debido al impacto y al fuego que ardió, un tercero en el Pentágono del que no hay ni siquiera un video en que se lo vea y un cuarto que iba supuestamente dirigido a la Casa Blanca que fue tomado por los heroicos pasajeros y estrellado en un campo de Pensylvania.
En las próximas entradas vamos a ver cuántas preguntas sin respuestas quedan. Vamos a ver si es aceptable decir que todo esto es casualidad o si en realidad, como bien dice O'Donell es mejor "no querer creer" que aceptar lo que los hechos y la evidencia nos indica. Vamos a ver 40 razones para descreer de la historia oficial. No nos interesa descubrir quién fue y cómo lo hizo. Eso tendrán que descubrirlo quienes lo investiguen. Pero para eso, hace falta investigar. Lo que sí está claro es que la verdad está muy lejos de lo que el Gobierno norteamericano nos quiere imponer. Convengamos en que el factor "casualidad" en este caso excede todo parámetro de racionabilidad.
G.C.F.
Parte II AQUI
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