28 de octubre de 2011

Ciclo de Rock Progresivo en Tucumán - Fecha 2




La segunda fecha del Ciclo de Rock Progresivo en el Centro Cultural Virla de Tucumán se llevará a cabo los días viernes 4 y sábado 5 de noviembre.
El viernes 4 estarán ÜNDER LINDEN de La Plata y los locatarios LLOVERA, mientras que el sábado 5 estarán los anfitriones REDD junto a 2112 de Buenos Aires. Ambos días arranca a las 22:30 hs.

Clarín conspira contra la Constitución



Un nuevo informe de la Red de Observatorios Universitarios de Medios da cuenta de la campaña emprendida por el multimedio oligopólico para inducir a la creencia de que la amplia mayoría lograda por le oficialismo en el Congreso significaría un peligro para el sistema democrático. Publicamos aquí el informe completo.

Análisis de la cobertura realizada por el diario Clarín al proceso electoral durante los días 19, 20, 21, 24 y 25 de octubre de 2011.

Clarín intenta imponer que, como consecuencia de la amplia mayoría lograda por el oficialismo dentro del Parlamento, en Argentina peligra el sistema democrático, o bien, el sistema republicano. Utiliza toda su artillería mediática para construir la nada inocente idea de que el gobierno elegido legal y legítimamente por esta masa heterogénea implica un riesgo al sistema democrático. Confunde en forma deliberada el resultado que para el Congreso arrojaron las urnas, como expresión de la soberanía y la voluntad popular, esencia del sistema republicano, con una supuesta falta de democracia.

Además, la virulencia contra las instituciones de la democracia es llamativa, tal cual queda demostrado por su aparato semántico, recurrente durante el período observado. Los términos y expresiones que Clarín utiliza para calificar al gobierno constitucional son descalificadores: “mafias”, “poder ilimitado”, “imperio”, “pensamiento único”, “partido único”, “prepotencia de poder”, “setentistas, fracasados y violentos”, “colonización mediática”.

El porcentaje de títulos referidos a “las elecciones” fue de un 38,3 por ciento. De las 47 noticias registradas en primeras planas, 18 son referidas al tema observado. De esos 18 titulares 3 son principales, 1 destacado y 14 secundarios. Los principales son “MOVIDA EN LA CGT PARA BUSCARLE SUCESOR A MOYANO” (19 de octubre); “EMPEZÓ LA CUENTA REGRESIVA CON EL CIERRE DE CAMPAÑAS” (20 de octubre) y “CRISTINA 53,80%. POR 4 AÑOS MÁS” (24 de octubre). El destacado fue: “ROTUNDO TRIUNFO DE SCIOLI. LOGRÓ 55,24%” (24 de octubre).

En sus páginas interiores se observaron las secciones Tema del día, El País y Opinión. El tema electoral fue el más relevante en todos los días del período. En las primeras planas los títulos principales remiten al tema observado con excepción del 21 de octubre, ya que se privilegió la noticia del asesinato de Khaddafi. La agenda del diario estuvo ceñida a las elecciones presidenciales, ya sea en forma directa o a través de noticias que refieren a la imagen de los candidatos.

Los actores con mayor presencia fueron Cristina Fernández, Daniel Scioli, Hermes Binner, Ricardo Alfonsín, Mauricio Macri, Hugo Moyano y Elisa Carrió. Con respecto a la selección de fuentes y voces, se observó una marcada tendencia a privilegiar las que son opositoras al gobierno nacional. Otros temas de agenda que tuvieron al kirchnerismo como actor o sujeto fueron los referidos a sospechas de corrupción o a agresiones físicas a otras fuerzas políticas:

“El intendente duhaldista Cariglino denunció que ayer un partidario suyo fue golpeado por kirchneristas” (Nota de tapa, 19 de octubre)

“UN TIRO PARA EL LADO DE LA (IN)JUSTICIA” (Editorial , 19 de octubre)

CARRIÓ: TENEMOS UNA FIESTA DE DINERO” (El País, 20 de octubre)

Se observó, además, una marcada división en la composición del mapa político compuesta por la dicotomía Oficialismo vs. Oposición y un diferenciado tratamiento en el abordaje referido a estos agrupamientos:

“HEGEMONÍA O VERDADERA ALTERNATIVA” (Columna opinión diputada FAP, 21 de octubre)

“Aspiramos a contar con el voto de los ciudadanos que no quieren vivir en un imperio sino en una República” (Declaraciones de Solari Yrigoyen, El País, 19 de octubre)

Los términos asociados al gobierno nacional como “mafias”, “poder ilimitado”, “imperio”, “pensamiento único”, “partido único”, “prepotencia de poder”, “setentistas fracasados y violentos”, “colonización mediática” fueron algunos de los que intentaron construir la imagen de un gobierno que pone en riesgo el sistema democrático.

Vemos que en relación al gobierno nacional estos términos y calificaciones críticas se realizan ya sea a través de la construcción de las noticias o dando voces a declaraciones de la oposición.

“La candidata presidencial de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, comparó ayer al Gobierno de Cristina Kirchner con la mafia” (El País, 19 de octubre)

Estos calificativos y miradas propuestas por el diario hacen hincapié en la construcción de imagen de un gobierno corrupto y autoritario. Observamos que las palabras y la caracterización empleada para referirse al Gobierno nacional son de una impronta negativa que intenta construir la idea de un Gobierno autoritario, el cual no respeta la división de poderes ya que ejerce presión o decide sobre otras fuerzas políticas.

Este tipo de definiciones intenta crear un clima en la arena política de falta de democracia y abuso del poder por parte del Gobierno, propios de los regímenes totalitarios

“DESDE EL CONGRESO, PONER FRENO” (Opinión, 19 de octubre): “Será fundamental que la oposición conforme un gran frente republicano en el Parlamento que defienda con firmeza la libertad de prensa, la independencia de los poderes, el rechazo a cualquier intento de eternización en el poder”.

“El desequilibrio de fuerzas que va a emerger de esta elección establecerá una inédita concentración de poder en manos de Cristina, que se hará extensivo al Congreso” (Opinión, Blanck 21 de octubre)

“SE ABRE UN CICLO INÉDITO DE PODER”(Análisis, van der Kooy, 24 de octubre)

ENFRENTAR LOS RIESGOS DEL DESEQUILIBRIO POLÍTICO” (Opinión, 24 de octubre): “Este desequilibrio es potencialmente peligroso para todos, porque puede empujar a la formación oficialista tanto como a las oposiciones por caminos destructivos”.

“LOS PELIGROS Y DILEMAS DE LA PRESIDENCIA IMPERIAL”. (Opinión, 25 de octubre)

En el tratamiento de las coberturas sobre la interna en la CGT y las elecciones en Malvinas Argentinas, previo a las elecciones, se evidencia esta “acusación” de invasión del Poder Ejecutivo sobre otros poderes, como el Judicial, que marcaría una debilidad en el funcionamiento republicano.

Hubo una tendencia a construir una imagen intolerante de CFK hacia las voces críticas a su gobierno a las que respondería con quitas de apoyo político:

“¿Cómo se sale a confrontar de esa manera con la Presidenta?”, se preguntó el mercantil Armando Cavalieri. Y enseguida se lamentó: “Después ella sale a castigarnos a todos por igual” (El País, 19 de octubre)

“Pero Oyarbide privilegia en el caso Moyano similares intereses que en el escándalo de Sergio Schoklender: intenta siempre sintonizar con las necesidades de los K”. (Opinión, 19 de octubre)

“…pero el kirchnerismo no perdona las traiciones” (El País,21 de octubre)

Un tema recurrente de agenda fue “la concentración de poder”, ya sea por parte del kirchnerismo en el mapa político argentino o también, por parte de la Presidenta dentro del kirchnerismo:

“EL ESCENARIO, SÓLO PARA ELLA, BOUDOU Y LOS PROTAGONISTAS DE LOS AVISOS”. (Opinión, 20 de octubre): “La idea, innovadora respecto del estándar de años de los actos K, fue coherente con el personalismo de una campaña que se concentró en “ella”, la Presidenta, la dueña de los votos…, sin dirigentes en el medio excepto “EL”.

“ELLA, LA FUERZA, LA CAJA, LOS VOTOS Y EL TRIUNFO QUE ESTA VEZ NADIE LE REGALÓ” (Opinión, 24 de octubre):“Cristina comanda un gobierno egocéntrico, autorreferencial y encapsulado. A su alrededor no florecen figuras de peso, porque serían una amenaza al sistema de poder concentrado en una persona”; “Cristinismo, una tribu heterogénea”; “Para esos escuadrones del oscurantismo iluminado, la tolerancia se entiende como debilidad y el debate es una caricatura”.

Esta valoración que hace Clarín del gobierno se ve reforzada en las ediciones posteriores al 23 de octubre, ya que la obtención de la mayoría es para el medio una peligrosa tendencia hegemónica que pone en riesgo el sistema democrático:

Carrió llamó a resistir desde el Congreso: ya no va a liderar la oposición sino, un grupo de resistencia al régimen de Cristina Kirchner, dijo ante un escaso público” (Tema del día, 24 de octubre)

“LA ERA KIRCHNER. DEL 22% DE NÉSTOR A LA ACUMULACIÓN DE PODER DE CRISTINA”. (Tema del día, 24 de octubre)

“CLAROSCUROS DE LO QUE VENDRÁ” (Opinión, 25 de octubre): “La inédita hegemonía alcanzada por el oficialismo despierta inquietudes, pero queda abierta la posibilidad de que el sistema político adquiera una dinámica centrada en el respeto de la disidencia y en el debate de ideas”.

En ese marco, el matutino buscó instalar la necesidad de surgimiento de un candidato opositor que esté en condiciones de disputarle el poder al kirchnerismo para el año 2015. Además, procuró construir una marcada diferenciación entre Néstor y Cristina dentro del movimiento kirchnerista, mostrando al primero como el mentor de dicho espacio y a la segunda como la líder de una fuerza dentro del mismo:

LA LEALTAD A PERÓN Y A EVITA ES DEFENDER A LOS TRABAJADORES(El País, 19 de octubre): “Sobresalían las imágenes de Néstor Kirchner, una entre medio de los dos Moyano. La ausencia de Cristina se advirtió en la iconografía y en los discursos. El líder de la CGT no pidió el voto para ella”; “para nosotros hay tres grandes en la historia: Perón, Evita y Néstor Kirchner”.

También se intentó crear un clima de desconcierto en cuanto a lo económico y lo político. Abundaron las notas o entrevistas que predecían escenarios inciertos, o un aumento del desempleo y una baja en el crecimiento de la economía, para transmitir que lo que vendrá es inseguro y desfavorable para la sociedad.

Por último, se remarca la falta de pluralidad de fuentes y su carácter unilateral. No se encontraron voces o fuentes oficiales entrevistadas por Clarín. Las pocas fuentes del gobierno nacional son tomadas del boletín oficial, declaraciones públicas o de entrevistas realizadas por otros medios periodísticos. También se observó una marcada tendencia a citar fuentes no verificables cuando se hacen afirmaciones que comprometen la imagen del gobierno.

Claramente, el diario intenta imponer que, como consecuencia de la amplia mayoría lograda por el oficialismo dentro del Parlamento, en Argentina peligra el sistema democrático o bien, el sistema republicano.

Si bien es indiscutible que los regímenes de las democracias representativas deben garantizar la pluralidad de fuerzas y de voces, y que cuantas más fuerzas políticas coexisten en un Parlamento más representadas estarán las minorías lo que implicaría una mayor heterogeneidad política y un probable equilibrio en las relaciones de fuerzas, lo cierto es que el domingo en la Argentina el electorado resolvió que a partir del 10 de diciembre esto no suceda.

Clarín podría preguntarse por qué el electorado se inclinó de tal manera, pregunta que lo llevaría hacia un interesante acercamiento al desconocido aunque hartamente interpretado pueblo al que se dirige diariamente. Sin embargo, opta por la manipulación, por apuntar toda su artillería mediática para construir la nada inocente idea de que en Argentina el gobierno elegido legal y legítimamente por esta masa heterogénea implica un riesgo al sistema democrático al mejor estilo de “la dictadura chavista elegida por el pueblo venezolano”, tantas veces presagiada desde sus páginas.

Clarín confunde, en forma deliberada, el resultado de las urnas de cara a la integración del Congreso Nacional con una supuesta falta de democracia.


Fuente: www.redobservatorios.org.ar

26 de octubre de 2011

“Judy Garland en el Carnegie Hall” acaba de cumplir 50 años


Un concierto electrizante e inolvidable

El álbum doble que se ha convertido en mito logró vender un millón de copias, todo un récord para la época. El 23 de abril de 1961, Judy Garland debutó en el Carnegie Hall de Nueva York como culminación de una gira de conciertos que había durado seis semanas en catorce ciudades. La ex niña prodigio de voz caudalosa, que había trabajado en veintiocho filmes musicales de la MGM entre 1935 y 1950, ahora tenía 39 años y un aspecto algo matronil. Cuando la Metro la despidió sin contemplaciones debido a sus habituales impuntualidades y a sus reiterados incumplimientos, Judy se concentró en sus presentaciones en vivo, intentó una rentrée cinematográfica con “Nace una estrella” (1954) que no prosperó (aunque fue candidata al Oscar), y se casó con el empresario Sid Luft, un hombre que se encargó desde entonces de administrar su carrera y su dinero.

Pero sospechando que Luft la estafaba, Judy se asoció con Freddie Fields y dio por terminado su matrimonio. La nueva etapa comprendía giras, discos y películas, una agenda agotadora que ella cumpliría puntualmente

El Carnegie Hall era su gran oportunidad de demostrar su vigencia ante el público y sobre todo su confiabilidad, porque el sistema de alcohol, pastillas y tabaco que configuraban su dieta estaba haciendo mella en su físico, aunque milagrosamente no había dañado su voz, que se mostraba más poderosa que nunca.

El contacto de Judy con su público era a su vez muy especial, porque la gente le demostraba su afecto y su adhesión sin límites, en un romance que combinaba fanatismo y amor por partes iguales. Ella a su vez se prodigaba hasta el límite de sus fuerzas, aprovechando su dominio del escenario, su entrenamiento para el baile y un carisma personal que no se enseña ni se aprende porque se lleva adentro como parte del carácter y como algo innato que en ella surtía un efecto mágico y devastador, lo que hacía delirar a la gente y seguirla dondequiera que ella fuese.

La cita en el Carnegie Hall, entonces, se hacía ineludible. Su repertorio melódico era ya bien conocido, porque Judy prefería aferrarse a sus viejos éxitos antes que encarar nuevos temas que le producían inseguridad. Las canciones de sus películas eran las más recurridas y de cualquier modo el público siempre se las reclamaba a gritos. Con sala repleta y llena de celebridades de Hollywood, de Broadway y hasta de la política, la orquesta dirigida por Mort Lindsay arrancó su obertura con “The Man that Got Away”, “The Trolley Song” y “Over the Rainbow”, tres temas indisolublemente ligados a Judy Garland y que pertenecen a sus películas más famosas: “Nace una estrella”, “La rueda de la fortuna” y “El mago de Oz”.

*Nace una leyenda. Una ovación interminable recibe a la figura de la noche, cuyo primer tema es “When You're Smiling”, donde no deja dudas sobre su estado físico: está en muy buena forma, ha rebajado unos quilos, se mueve por todo el escenario con el micrófono en la mano y su caudal de voz es tan generoso como vibrante. El público delira.

Judy podía saltar de una balada romántica (“Almost Like Being In Love” o “Do It Again”) a temas con mucho “swing” (“You Go to My Head” o “Puttin' On the Ritz”) y en todo ello ponía la misma energía y pasión, tanto cuando mostraba una intensa emoción (“Alone Together”) como cuando pasaba a la delicada fragilidad de “How Long Has This Been Going On?”.

Su instinto musical era enorme, su manejo de los tiempos y los tonos era perfecto, su entendimiento con la orquesta denotaba un cuidadoso ensayo previo pero también alguna improvisación que sin embargo estaba estudiada. Como su voz era versátil y permitía varios tonos y modulaciones, parecía que su canto era natural, espontáneo, que no requería mayor esfuerzo.

Nada de eso. En cada canción dejaba la vida, y luego de “The Man that Got Away”, donde se cuenta una historia de amor desgarradora (The night is bitter / The stars have lost their glitter / The winds grow colder / And suddenly you're older / And all because of the man that got away…”) no era extraño que las lágrimas corrieran por el rostro de los espectadores. No en balde Harold Arlen fue su compositor favorito. Y la letra es nada menos que de Ira Gershwin.

Y para terminar una primera parte ya de por sí inolvidable, se manda un chiste: “Nunca me voy a olvidar de… Jeanette MacDonald! Solamente pensar en ella me hace trizas el corazón… Nunca olvidaré cómo la brava Jeanette se paraba frente a las ruinas y ¡cantaba!”. Por supuesto que la canción es del filme “San Francisco”, que entre risas y aplausos hace bajar el telón con sensación de triunfo. “Ahora voy a cambiarme, pero no puedo esperar para volver a verlos a ustedes, gente maravillosa!”.

*El culto Garland. En la segunda parte, Judy aparece de ballerinas, pantalones negros ajustados y una blusa suelta estampada que disimula su voluminoso busto. Todavía quedan catorce canciones más que arrancan con “That's Entertainment!”, el nuevo himno del “showbiz”, donde se da el lujo de bailar ágilmente, provocando otra ovación. Y eso porque no se animó a entonar el clásico “There's No Business Like Show Business”, vinculado a la gran Ethel Merman, posiblemente porque le traía el mal recuerdo de “Annie Get Your Gun”, película de la que había sido despedida de la MGM en 1950.

Después de ese desgaste, entona brillantemente “I Can't Give You Anything But Love”, con una delicadeza conmovedora. Y luego de otros temas igualmente notables se encuentra con “Zing, Went the Strings of My Heart”, una canción particularmente emotiva porque fue la que utilizó para su prueba de admisión en la MGM en 1935, con apenas doce años de edad.

Seguidamente, uno de los grandes momentos de la noche, “Stormy Weather”, entonado con tal sentimiento que cada palabra retumba en medio del silencio de la sala: “Can't go on / Everything I had is gone / Stormy weather /Since my man and I ain't together / Keeps raining all the time…”. La voz es límpida, el vibrato resonante, y la emoción está a flor de piel. Eso es lo que define a una intérprete, que es algo más que una mera cantante. El “decir” importa tanto como la musicalidad, y Judy es justamente eso. Principalmente eso.

Ahora parece que se acerca el final, porque llega el medley con sus temas clásicos “You Made Me Love You”, “For Me and My Gal” y “The Trolley Song”. El primero era un arreglo de Roger Edens que ella le había cantado a Clark Gable en ocasión de su cumpleaños en 1937 y que después se incluyó en “La melodía de Broadway de 1938” frente a la foto del ídolo. Al respecto, su amigo Mickey Rooney había ironizado diciendo que Garland lloraba sentada en las rodillas de Gable, no se sabía si por la emoción o por el mal aliento del actor, que todos sufrían.

Comienzan los “bises” con “Rock-A-Bye Your Baby (With a Dixie Melody)”, un tema que cantaba Al Jolson y que ella hace propio con resonante ritmo. Y por supuesto “Over the Rainbow”, sentada como siempre al borde del escenario, con un único foco sobre ella y con las lágrimas corriéndole por las mejillas. “If happy little bluebirds / Fly beyond the rainbow / Why, oh why can't I?”. Esas lágrimas son auténticas, no fingidas. Es “su” canción con la que usualmente se despide. Pero no la dejan irse. “Las cantaré todas, ¡nos quedaremos aquí toda la noche!”, advierte.

Cuando entona “Swanee” el agudo final se prolonga varios segundos, y la audiencia se enloquece y sigue pidiendo más. “After You've Gone” y “Chicago” cierran la noche, aunque ella no parece agotada. Han sido dos horas, pero nadie quiere irse.

Un espectador lo relataba así: “Todos los asistentes, en vez de ponerse de pie e irse, corrieron hacia las candilejas con los brazos en alto gritando 'Judy!, Judy!' y ella tocaba tantas manos como podía. (…) Rock Hudson alzó a Joey, Lorna y Liza, que estaban en primera fila, y los hizo subir al escenario. El público no quería regresar a las butacas y se sentó en los pasillos, en medio de la emoción, el griterío y el delirio. Simplemente estaban ahí sentados juntos, bañados en sudor pero felices…”. Era el “culto Garland” en toda su elocuencia.

Luego vendría, en 1963, su ciclo televisivo de apenas un año, donde invitó a muchos amigos un año después de haber hecho un especial en el que participaron Dean Martin y Frank Sinatra, y donde se desempeñó con absoluta profesionalidad. Pero no fue un éxito, tal vez porque, como ella misma opinó, la CBS la puso a competir con “La Ponderosa” (refiriéndose a la serie “Bonanza”, que era un éxito y salía a la misma hora).

Es que la verdadera comunión con la gente se producía solamente en sus espectáculos en vivo, que siguió haciendo hasta su temprana muerte en 1969, a los 47 años. Nadie sabía cómo resistía ese trajín con su salud cada vez más precaria.

Quizá la única explicación sea el amor que le prodigaba aquel público sin retaceos, ostensiblemente. Sólo ese amor pudo mantenerla viva durante los siguientes ocho años.

Jaime E. Costa


Publicada originalmente en el semanario "Búsqueda", Montevideo, Uruguay, el 27/10/11


25 de octubre de 2011

La Selección Nacional le dice Presidenta


Por José Pablo Feinmann

Sé que muchos lo notaron. Que muchos lo saben. Pero no se atreven a confesárselo. Las hipótesis arriesgadas duelen. Les duelen a los militantes de puro corazón porque se enamoran de sus líderes. Les duelen a los intelectuales porque tienen miedo de decirlas y ser rechazados. O estar lejos de la verdad. Les duelen a los tibios porque no quieren arriesgarse. Pero hay que decirlas. Sobre todo si uno cree en ellas. Mi certeza es ésta: Cristina Fernández de Kirchner, el día de la muerte de su compañero, cuando llegó a la Casa Rosada, pálida, con anteojos negros, cuando se puso presidiendo el acto de la despedida final, ahí, al frente del cajón, cuando apenas, muy levemente, elevó su mandíbula y buscó con su mirada la mirada de la gente, y la encontró, encontró mucha gente y muchas miradas que la miraban con fe, con esperanza, con devoción, pudo elegir dos caminos. Todos sabemos que lo que define al ser humano es su posibilidad. Que no es una piedra, una raíz, un ladrillo, una montaña. Que no es realidad, es posibilidad. Y ésa es la fuente de su grandeza y también la de su angustia. La de vivir eligiendo. Jugándose entre una posibilidad y la otra. Y en cada una que elige se elige a sí misma. Somos, entonces, la suma de todas las posibilidades que hemos asumido en el pasado. Pero en el presente somos una posibilidad que tenemos que elegir y aún no hemos elegido. Eso nos diferencia de las cosas. Las cosas son, para siempre, lo que son. Los seres humanos nunca son algo, definitivamente algo. Cuando lo son se han cosificado. Cristina Fernández, esa tarde, frente al ataúd de su compañero se abrazó a su posibilidad: voy a ser como a él le hubiera gustado que fuera, voy a ser como el país me necesita. Voy a ser como yo quiero y necesito ser si quiero seguir viva. Esta posibilidad eligió. La hizo suya. Ahí nació Cristina. Tolerando su dolor, pero no ocultándolo. Diciéndoles a todos: no confundan mi dolor con debilidad. Tuvo que ser más que nunca la Presidenta del país. Porque tuvo que serlo sola. Sin su compañero. Pudo haber elegido otra posibilidad. La de quebrarse. La de ser la mujer débil, exhibirse como tal y renunciar a los pocos meses. La frase habría sido: “No puedo tolerar su pérdida. El dolor me impide gobernar”. No, la frase fue la contraria: “No puedo tolerar su pérdida. Pero el dolor no me impide gobernar. Voy a seguir adelante. Sin él. Con él, espiritualmente, a mi lado. Pero a no engañarse: sola. Ya no lo tendré en mi lado. El único que me tocaba ya no me tocará más. Algo se desgarró en mí. Pero una fuerza nueva. Que yo, una mujer fuerte, desconocía. La de ser fuerte sin amor, la de ser fuerte en soledad, la de ser fuerte sin un hombre como Néstor a mi lado. Esto fue nuevo. Tuve que aprenderlo y lo aprendí. Durante ese aprendizaje fui creciendo. Me superé a mí misma. Fui más allá de lo que jamás había pensado ir. Hasta que descubrí algo inesperado, súbito (porque se apoderó de mí como una revelación cuasi sacra): seguía amando a Néstor, sufriendo por su ausencia, llorándola, pero yo era yo, caminaba sola, decidía, ordenaba, pensaba, tomaba entre mis manos (cada vez más férreas, más sólidas y seguras) la conducción de todo el aparato peronista, cada vez me sentía más querida, cada vez era capaz de dar más amor, de ser más tierna, más dulce. El día de tu velatorio muchos me abrazaron pero a muchos más abracé yo. Se acabó el mito de mi frialdad. Que para vos nunca existió, porque me conocías bien y conocías ese ardor que despertabas. Pero que empezó a existir para los otros. ¡A cuántos estreché entre mis brazos ese día! Y descubrí algo: me gustó más todavía que ellos me abrazaran. Sí, existe el calor y existe el amor del pueblo. Y seguí. Y a veces sentí que estar tan fuerte, tan suelta, que hablar tan segura y hasta alegre sin que vos estuvieras conmigo era como agraviarte. Pero no. Era un homenaje que te hacía. Aquí estoy, Néstor. Hago todo esto porque quiero mantener vivo tu recuerdo y si –por una de ésas– me ves te sientas orgullosa de mí.”

Se podrán decir muchas cosas. Pero la heroína de este triunfo electoral contundente es –ante todo– Cristina Fernández. A partir de la muerte de Néstor hizo una nueva y espectacular re-creación de sí misma. No le faltó fuerza para frenar a la CGT, fue una estadista brillante en el campo internacional, siguió su enfrentamiento con los medios que la agreden, que la insultan, condujo internamente todas sus fuerzas partidarias, le habló claramente a todo el país siempre que hizo falta, promulgó medidas sociales importantísimas, pronunció discursos impecables: con perfecta dicción, con voz clara, sin leer ni siquiera un miserable machete, demostró una inteligencia infinitamente superior a sus tristes rivales, y, para colmo, cada día se la vio más linda. (Créame, Presidenta: el país, a usted, la ama.) Un fenómeno que se refleja ahora –coherentemente– en las cifras electorales. ¿Fue por la muerte de Néstor? Miren, no hay futbolero que no lo sepa: equipo que se queda con diez jugadores gana el partido. Claro que a mí me gustaría que Néstor estuviera en la cancha. Pero la Huesuda, que decide quién sigue jugando y quién no, quién se queda en la cancha y quién se va a la ducha, a Néstor le mostró la roja. Qué vamos a hacer. Pero a partir de ahí, el equipo –con Cristina al frente, que se puso en seguida la cinta de capitana– remontó fenomenalmente y tuvo a los rivales en un arco hasta ganar por goleada. Ahora, lo que sigue. Y lo que sigue es tan arduo. Hay tantos intereses de tantos miserables por tocar que si no se sigue ganando por goleada, difícil. Pero que nadie se alarme: en el equipo nacional hay de todo. Delanteros, defensores, wines habilidosos, arqueros con reflejos electrizantes capaces de volar hasta la luna. Y un DT que se las sabe todas. Asómbrese: es mujer. Y los de la Selección la respetan tanto que le dicen Presidenta.


Publicado originalmente en el diario Página/12 el lunes 24 de octubre de 2011