24 de julio de 2015

El ladrillo que faltaba en la pared



The Wall, de Pink Floyd, cuenta la historia de una estrella de rock que agobiado por los recuerdos de su infancia (padre muerto en la segunda guerra mundial, una madre castradora y la humillación que sufría de sus maestros en la escuela) y su vida posterior (un fracaso matrimonial y su transformación en un líder fascista) comienza a construir una pared mental mediante la cual poder aislarse del mundo que tanto daño le había infringido. “Es la historia de Roger Waters” –reconoció Nick Mason- “Nunca me sentí agredido por el público, ya que generalmente los bateristas estamos lejos de él, y admito que me asustó la primera idea de Roger de realizar todo el show detrás de la pared. Afortunadamente cambió de parecer”. Sin embargo, no todos los créditos deben atribuírseles a Roger Waters ya que David Gilmour, guitarrista y cantante, fue muy activo en la composición de partes clave de la obra como lo son Young Lust, Confortably Numb o Run Like Hell. Hay tres etapas en la historia de The Wall: el disco, la puesta en escena en vivo y la película.
Dos de esos tres elementos son de pública notoriedad. El álbum doble fue editado en noviembre de 1979 y la película dirigida por Alan Parker un par de años después. Pero sólo algunos pocos afortunados pudieron disfrutar de los shows presentados (sólo 29) en Inglaterra y Estados Unidos.
Con la salida al mercado de Is There Anybody In There?-The Wall Live 1980-81, el elemento que faltaba de la obra podrá ser disfrutado sólo en parte, ya que el elemento visual queda de lado. Con una edición de lujo (un hermoso libro repleto de fotografías y comentarios de cada uno de los actores del evento) que continúa con la mejor tradición de la banda, Pink Floyd pretende aliviar un poco el dolor de su no-existencia (el último disco en estudio de la banda –sin Waters, que se fue luego de The Final Cut, de 1983- data de 1994).(*) El sonido es sorprendentemente bueno, teniendo en cuenta que fue grabado hace 20 años, y se nota la experta mano de James Guthrie, encargado del sonido en vivo, en el resultado final. Vale recordar que Guthrie también fue el ingeniero de sonido del disco original en el estudio. Es la segunda grabación oficial en vivo de la banda completa (la anterior aparece en el segundo disco del doble Ummagumma) por lo que podemos afirmar que éste es el disco en vivo definitivo de Pink Floyd, ya que ni en Delicate Sound of Thunder ni en Pulse estuvo Roger Waters, quien mantuvo, además, un largo pleito con sus ex compañeros por el uso del nombre de la agrupación.  

Basta escuchar la versión de Confortably Numb y compararla con las de los discos anteriormente nombrados para darse cuenta de la importancia de Roger en el sonido de Pink Floyd.
Queda poco por decir de la obra de Waters que no se haya dicho. El disco recibió duros comentarios de la prensa especializada y la película fue hasta tachada de nihilista y desesperanzada por parte de la crítica cinematográfica, pero llevan más de dos décadas de éxito continuo a nivel artístico y comercial. Waters recibe infinidad de pedidos para la cesión de los derechos a colegios que quieren representar su obra, cediéndolos gustosamente. Si bien la relación con sus ex compañeros no se recompuso (terminó de romper relaciones con Gilmour y Mason luego de The Final Cut y había despedido –y luego contratado como sesionista para la gira- a Rick Wright durante las sesiones del disco) (**) hay quienes aún hoy continúan debatiendo si Pink Floyd siguió vivo o no después de Waters, discusión que no viene al caso analizar ahora y queda relativizada por los hechos. Lo que queda claro al escuchar esta notable grabación en vivo es que The Wall fue la última obra de Pink Floyd. Bon Apetit.

Gabriel Costa Ferraro


Nota publicada originalmente en el suplemento Culturas del diario El Observador de Montevideo, Uruguay, el martes 6 de junio de 2000.

(*) En 2014 Pink Floyd editó lo que fue anunciado por Gilmour y Mason como su “canto del cisne”, su última obra en estudio: The Endless River, basado en grabaciones que Richard Wright (fallecido en septiembre de 2008) había dejado de las sesiones de The Division Bell (1994). 



(**) En 2005 Gilmour, Waters, Wright y Mason se reunieron por primera y única vez luego de su separación para tocar 4 canciones en el evento Live 8. 



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