25 de mayo de 2013

Razones de mayo




Hoy en Argentina, 203 años después de la Revolución de Mayo, un montón de gente común y corriente, jóvenes, veteranos, laburantes, artistas, militantes y familias de todos los estratos sociales, festejan que hace 10 años se abrió una brecha para saldar algunas deudas históricas que ciertamente se han venido saldando, sin que eso signifique que no se hayan cometido errores o que no queden muchas de esas deudas aún pendientes. Festejan porque hoy pueden participar y discutir qué país quieren. Y festejan que recuperaron su trabajo, o que se pudieron jubilar, o que son el primer universitario en la familia, o que se pudieron casar con el que se les da la gana, o que sus aportes laborales ya no están en manos de bancos extranjeros rifados en la timba financiera y hoy se invierten acá, o que ya no tienen que esperar hasta el domingo a las 9 de la noche para ver los goles de su equipo o ver una tribuna en la pantalla porque no puede pagar el plus del abono de Cablevisión. Quien sabe. Por ahí festejan haber recuperado Aerolíneas e YPF, haber enjuiciado y encarcelado a genocidas que se mueren así y no libres como ha sido regla en la historia de la humanidad, haberle dicho no al ALCA de Bush, la Asignación Universal por Hijo, la impecable gestión diplomática por Malvinas o simplemente tener una Presidenta que no sólo no lee sus discursos si no que maneja una claridad y elocuencia conceptual que enferman de odio a sus contendientes políticos (que en amplia mayoría, no le llegan a los talones) y saca de quicio a sus enemigos de la monótona retahíla mediática (el verdadero partido opositor, afectado en sus negocios) de que "está todo mal" y que "son todos chorros" que esconden fortunas en bóvedas. 
Quien escribe, humildemente, se suma a esa alegría. Ha comprobado la indiscutible realidad de estas cosas. Ve quienes son los que mascan bronca después de estos 10 años y está seguro de estar parado en el lugar que lo deja tranquilo con su conciencia. Quizás no sea una década ganada, queda eso para los libros de historia. Lo que sí es seguro es que no fue una década perdida. Al gran pueblo argentino, salud

Discurso de asunción de Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003:

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